Conoce a tu cliente ideal para que puedas avanzar en estos 6 aspectos de tu proyecto online.
Estoy segura que ya has oído hablar sobre el cliente ideal, buyer persona, persona o público objetivo.
Y ahora te estás preguntando: ¿cuál es la diferencia entre estos términos y si realmente necesitas saber sobre esto? Te adelanto ya la respuesta a la segunda parte: sí, necesitas conocer a tu cliente ideal y mucho. Te voy a dar seis ejemplos en los que te va a hacer falta.
Pero vamos por partes, ¿cuál es la diferencia entre el público objetivo (target) y el cliente ideal (persona, buyer persona)?
El público objetivo es un segmento de la población que puede estar interesado en tus productos o servicios. Es una definición más generalista que responde a preguntas tales como sexo, edad, localización geográfica, formación profesional, poder adquisitivo y hábitos de consumo.
En cambio, la definición del cliente ideal es mucho más específica. Es un personaje ficticio, tu cliente soñado que realmente está dispuesto a comprar tu producto o servicio porque resuelve un problema concreto que él tiene. Tu cliente ideal está consciente de su problema y dispuesto a pagar por resolverlo. Entiende el beneficio que le está brindando tu producto y su valor, no va a regatear el precio, está satisfecho y se convierte en tu fan y cliente recurrente. Suena realmente ideal, ¿verdad?
¿Por qué necesito definir a mi cliente ideal?
Para mí esta es la parte más importante de cada proyecto. Es como una brújula que te indica si las acciones que estás tomando son las correctas. Sin saber a quién te diriges es como estar disparando con una venda en los ojos. Tienes pocas posibilidades de acertar y, si lo haces, será por un golpe de suerte, no como resultado de una estrategia. Imagínate estar invirtiendo en acciones de marketing o en creación de productos sin saber a quién estás vendiendo. Estarás de acuerdo que esto sería malgastar tu tiempo y dinero.
Estas son las seis situaciones concretas en las que no podrás avanzar sin haber determinado previamente a tu cliente ideal:
1. Crear tus productos y servicios.
Para que tus productos y servicios se vendan, tienen que aportar beneficios a quién los compre, solucionándole un problema concreto. El cliente tiene que percibir el valor de lo que está comprando, nadie te va a comprar un producto o servicio porque tu creas que es el mejor o porque a ti te gusta.
2. Identidad visual.
Las decisiones sobre la selección de colores, tipografías, formas y elementos visuales, tienen que reflejar la personalidad de tu marca, pero también conectar con tu cliente ideal (no vas a usar la misma tipografía si vendes cosméticos para estudiantes universitarias o si tu cliente es una alta ejecutiva de cuarenta y cinco años).
3. Voz de tu marca.
Para saber en qué tono (serio, divertido, desenfadado, etc) y lenguaje (técnico, coloquial) vas a hablarle a tu lector, tienes que saber quién es, para quién escribes.
4. Contenidos.
Los artículos que publicas en tu blog tienen como propósito aportarle valor a tu público. Si conoces cuál es el problema que tu lector necesita solucionar, cuáles son sus deseos, miedos o preocupaciones, vas a conectar con tu público y también va a ser mucho más fácil para ti saber sobre qué escribir.
5. Diseño web.
¿Sabes cómo navega tu cliente ideal por internet? ¿Con qué frecuencia se conecta y de qué tipo de dispositivos? Optimiza la experiencia de usuario en tu web pensando en tu cliente ideal.
6. Estrategias de marketing.
¿Sabes en qué redes sociales se mueve tu cliente ideal? ¿Qué blogs lee? ¿A qué profesionales sigue? Sin tener estas respuestas podrías estar creando campañas en los medios equivocados.
En este post te cuento cómo definir a tu cliente ideal, a mí me encanta esta parte, espero que a ti también.
Si hay algo que me he dejado, escríbeme y lo incluiré en el siguiente artículo.